La maldición de Terry Gilliam y su película «El Hombre que mató a Don Quijote» parece no terminar, y a pesar de que la película lleva décadas de producción junto con haber sido proyectada el mes pasado en el festival de Cannes, donde ya tenía incluso un trailer dando vuelta en internet, sigue en conflicto porque al parecer no han terminado los problemas legales.

Esta película es protagonizada por Jonathan Pryce como el descabellado loco que cree ser Don Quijote y Adam Driver, como un ejecutivo publicitario confundido por la vida al creer que es el fiel escudero del caballero.

Terry tuvo varios problemas el mes pasado pues, en medio de la batalla legal en curso, la película perdió a su distribuidor en Estados Unidos, Amazon, donde también casi no logra llegar a la pantalla de Cannes, y para un remate, Gilliam fue hospitalizado por tener un ataque de apoplejía, al parecer todo producido por lo que está viviendo.

Y en este momento es cuando todo empeora, ya que, durante este fin de semana, el portal de noticias ScreenDaily daba a conocer que Terry perdió los derechos de su película cuando la Corte de Apelaciones de París fallo a favor del ex productor de la película Paul Branco.

De manera resumida, Gilliam y Branco se vieron envueltos en una batalla legal desde el año 2016. En ese momento, Branco aceptó financiar la película de Gilliam, que como la mayoría lo sabe, ha estado tratando de crear desde el año 1989, y de esta manera darle una total libertad creativa a cambio de los derechos de está. Pero Gilliam se defiende afirmando que el dinero de Branco nunca llegó, lo que hace que el acuerdo sea totalmente nulo, por lo que se vio obligado a buscar el financiamiento en otro lugar. Branco insiste en que aún posee los derechos, y ahora el tribunal de París está de acuerdo con Branco, dictaminando que los derechos permanecen a Branco, ordenando a Gilliam pagar a la compañía del productor, Alfama Films, € 10,000 (algo así como $7.400.000 pesos chilenos).

Gilliam no es el único que se ve afectado por la demanda de Branco. El productor le dijo a ScreenDaily que también está bajo en el ojo del huracán a las partes cómplices por «exportación ilegal«, «producción ilegal«, que tiene incluidos a todos los productores, a la empresa de ventas Kinology, con sede en París, y al Festival de Cine de Cannes. Después de su proyección en Cannes, The Man Who Killed Don Quixote se proyectó en teatros franceses.

Han pasado casi tres décadas y Terry Gilliam sigue cayendo en la maldición de The Man Who Killed Don Quixote.